Te alabo y te doy gracias principalmente por Jesucristo, nuestro Salvador. Gracias porque conveniente a su sacrificio podemos tener la esperanza de la vida eterna. Gracias porque en él estamos seguros por toda la cielo. El enemigo no podrá arrebatarnos en absoluto de tus brazos amorosos y protectores.Mantén una posición abierta a las soluciones